sábado, 28 de septiembre de 2013

Sopa de otoño naranja





Hoy en Basel hemos tenido una mañana muy otoñal: niebla, frío y mucha humedad; por lo que apetecía una sopa calentita. Aunque como dice el refrán: “Mañanita de niebla, tarde de paseo”.

Con la sopa de hoy hemos rematado la calabaza que no hacía falta pelar. Pero tengo la firme intención de hacerme con otra de estas. El no tener que pelar la calabaza hace que los nutrientes se conserven íntegros, pues muchos están entre la pulpa y la piel. De este modo, los platos que se preparan con este tipo de calabaza son mucho más nutritivos. Y además, se ahorra tiempo en la preparación de los mismos. 

Aunque con esto de pelar y no pelar las verduras hay una gran controversia en casa de los ecologistas. Una vez me comentaron que con la cantidad de pesticidas, herbicidas y demás "-cidas" que se utilizan actualmente en la agricultura, a muy largo plazo puede ser peligroso para la salud no pelar los alimentos. Hortalizas, verduras y frutas con la cáscara dura suelen absorber menos ese tipo de productos químicos, y aunque los absorban como se quita la piel no hay problema. Pero los que la tienen fina son más propensos a absorberlos, y se mezclan con los nutrientes.

Me dijeron que lo más recomendable era conseguir este tipo de alimentos en establecimientos que certificaran que no habían sufrido ningún tratamiento químico. Y la verdad es que me dejaron con la mosca detrás de la oreja. Así que, si no es un producto eco o bio, lo pelo, aún a riesgo de cargarme la mayoría de nutrientes; y si lo es, no.

Para 4 raciones se necesita:

200 g. de calabaza, 2 puerros medianos, 1 cebolla mediana, 1 diente de ajo, 3 zanahorias medianas, 1 patata mediana, 2 lonchas de jamón serrano, aceite de oliva virgen extra (AOVE), sal, 1 l. de agua, pimentón, hierbas provenzales.

Cómo prepararlo:

Quitar las pieles al ajo, la cebolla, la calabaza y las zanahorias, y picarlos en trocitos pequeños. Lavar los puerros, cuidando de que no quede tierra entre las capas, y quitarles la capa externa. Partirlos en dos a lo largo, y luego cada mitad, partirla a su vez en tres partes a lo largo también, picándolas después finamente. Picar las lonchas de jamón.
Cubrir el fondo de una olla con AOVE. Calentarlo y echar el ajo, la cebolla y el puerro. Cuando empiece a ponerse transparente, añadir el jamón. Remover con una cuchara de madera, y echar la zanahoria. A los 5 minutos, echar la calabaza. Remover y echar la patata pelada, tronchándola al cortarla. Añadir la punta de una cuchara de postre de pimentón y remover muy rápido para que no se queme y no amargue.
Echar el agua (tiene que cubrir las hortalizas y un poquito más). Dejar cocer 10 minutos, y añadir la sal y las hierbas al gusto. Cocer otros 5 minutos más, y ya está listo.


Tronchar la patata significa que empezamos a cortar el trozo de patata con el cuchillo, pero no cortamos hasta el final, sino que un poquito antes tiramos del trozo hacia nosotros, “tronchándolo”. ¿Por qué? Pues porque así soltará almidón por la parte que hemos tronchado, y espesará el guiso que estemos haciendo. Vamos, que quedará más rico.

¡Qué aproveche!

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