miércoles, 31 de diciembre de 2014

Recopilatorio de recetas: las más vistas en 2014


Diciembre, el mes que acaba, es el mes de la Navidad. Y siempre buscamos en Internet recetas con las que deleitar el paladar de los familiares esos días en los que se reúne toda la familia.

Y los bloggers de cocina se afanan en presentar a lo largo del mes recetas algo más elaboradas de lo habitual para que su público quede bien ante los invitados.

Yo este año me he resistido a la tentación de hacer un recopilatorio de recetas navideñas. Pero sí os voy a presentar un recopilatorio de las 10 recetas del blog que más habéis visto a lo largo de este año. Algunas de ellas se pueden emplear como plato navideño, pues hay de todo un poco: ensaladas, platos con pescado al horno, postres...


Yo soy de la opinión de que en estos días en los que uno se reúne con la familia, sobre todo cuando no se vive cerca de ellos el resto del año, lo que se quiere es pasar el mayor rato posible con los seres queridos. Está claro que si se acompaña de un buen plato, mejor que mejor. Pero, en mi opinión, para deleitar el paladar no hace falta pasarse una mañana o una tarde entera en la cocina. Hay platos muy sencillos de elaborar, y a la vez muy vistosos y sabrosos. Y podemos aprovechar el tiempo para estar con esos familiares y amigos a los que vemos poco.

Sin embargo, hay gente para la cual la Navidad sin un plato muy elaborado no es lo mismo.Como siempre digo, para gustos los colores.

Allá van las recetas que más han gustado en 2014.

El plato estrella ha sido la dorada al horno con patatas, cebolla y pimiento.


Le sigue una crema de lentejas rojas y zanahoria con crème fraîche.


En tercer lugar, tenemos un plato de verdura: coles de Bruselas con setas.


Le sigue otro plato de lentejas, esta vez con pescado: lentejas con rape.


 El quinto plato más visto también lleva lentejas, pero en forma de ensalada: ensalada de lentejas rojas con tomate y huevo duro.


 Una rica y nutritiva sopa de fideos con zanahoria y espinacas ocupa el sexto lugar.


En séptima posición tenemos un postre: una crema fría de caquis.



El octavo plato más visto ha sido una saludable ensalada de aguacate y naranja sanguina.


Unas ricas magdalenas de chocolate ocupan la novena posición.


Y la décima posición, la ocupa un plato de pasta: tagliatelle con atún y tomate.



Espero que disfrutéis estas fiestas, y nos vemos todos el año que viene.

Mapienlacocina


lunes, 29 de diciembre de 2014

Puré de zanahoria con naranja


Hoy quería hacer una crema diferente para comer. Y como tenía un kilo de zanahorias que en breve me iban a mirar con cara de "me estoy poniendo marrón", y las naranjas ya están de temporada en los supermercados de Basel, pues he decidido mezclar ambos ingredientes para ver qué pasaba. El resultado ha sido una crema con una mezcla de sabores muy curiosa, pues la naranja mata el sabor de la zanahoria, y la zanahoria mata el sabor de la naranja. Y sin embargo, este puré de zanahoria con naranja está lleno de sabor, pues la nuez moscada le da un punto especiado.

Esta crema es ideal para los niños a los que no les gusta mucho la naranja, como mi hija. La vitamina C de la naranja es muy importante para ayudar a nuestras defensas (o eso nos dicen siempre) ahora que estamos en la época fría del año. Y la zanahoria es rica en vitamina A, muy buena para mantener una visión en perfecto estado.


Yo he picado las zanahorias en rodajas, más que nada porque quería que no tardara mucho en cocer. Si en vez de hacerlas rodajas las picáis en cuadraditos tardará unos 10 minutos más en estar listo, aunque el proceso de preparación será más rápido.
Por cierto, como las zanahorias eran bio no las he pelado, sólo las he limpiado bien con agua y les he quitado algún hilillo que tenían. 

Para 6 raciones se necesita:

7 u 8 zanahorias grandes (700 g. aproximadamente), 2 naranjas de zumo, 1 patata grande, 1 cebolla mediana, aceite de oliva virgen extra (AOVE), agua, sal y nuez moscada. Opcional: queso parmesano rallado, trocitos de pan frito, trocitos de pan del día anterior.

Cómo prepararlo:

Lavar bien las zanahorias  y pelarlas, quitándole las puntas. Cortarlas en rodajas finas.

Poner un fondo de AOVE en una olla a fuego medio. Cuando esté caliente añadir la cebolla picada en dados grandes. Cuando empice a estar transparente, añadir la zanahoria. Dar unas vueltas y dejar rehogar hasta que la zanahoria empiece a estar blandita. En ese momento incorporar la patata pelada y cortada en rodajas finas.

Dar unas vueltas y añadir la piel de una naranja rallada. Mezclar bien todo. Verter 1,5 l. de agua.

LLevar a ebullición y dejar cocer 10 minutos. En ese momento echar sal y nuez moscada al gusto.

Dejar cocer otros 5 minutos más y añadir el zumo de dos naranjas. Mezclar bien todos los ingredientes y dejar cocer otros 5 minutos más.

Batir con la batidora, y servir.

Podéis ponerle queso parmesano recién rallado como hago yo, o trocitos de pan del día anterior como hacen la peque y su padre.


Espero que el sabor de esta crema os guste tanto como a nosotros. ¡Qué aproveche!


martes, 23 de diciembre de 2014

Salmón al horno con costra de hierbas aromáticas


 

 Plato de pescado y verdura


Como ya os he comentado alguna vez, conseguir pescado a buen precio es Suiza es misión casi imposible. Pero a veces se logra. Estaba yo buscando unas rodajas de salmón para hacer esta receta, y tuve que conformarme con unos filetes. Pero el precio era insuperable y la calidad, muy buena. Así que me lo llevé a casa. Lo que no falta en este país son hierbas aromáticas. Las hay de todo tipo. Y las añaden a muchos platos. Uno de ellos es el que hoy os presento: salmón al horno con costra de hierbas aromáticas. 

Lo he acompañado con un poco de quinoa hervida, unos ramilletes de coliflor y de brócoli también hervidos,  y una patata asada. De este modo aprovechamos el calor del horno para cocinar varias cosas al mismo tiempo. Y también he preparado una salsa de mayonesa, miel y mostaza, la favorita de la peque.


Aunque parezca que hay que hacer demasiadas cosas para este plato, no os asustéis, no es lo que parece.

El tiempo de asado del salmón variará en función del grosor de las rodajas o de los filetes. Vigilad para que no quede crudo, o al contrario, demasiado hecho.


A la peque el salmón fresco no le hace mucha gracia, así que a ella le he puesto salmón ahumado, que le encanta. Es una posibilidad para los más pequeños de la casa.

Para 2 raciones se necesita: 

360 g. de salmón en dos rodajas o filetes, aceite de oliva virgen extra (AOVE), 1'5 cucharadas soperas de pan rallado, 1 cucharada sopera de almendra fileteada, 1 cucharada sopera de tomillo, 1 cucharada sopera de perejil, 1/2 cucharada sopera de romero, 2 dientes de ajo, sal y una mezcla de 5 pimientas recién molida.

Cómo prepararlo:

Precalentar el horno a 200ºC con calor arriba y abajo.

Mientras, picar pequeño los dos dientes de ajo pelados. Mezclarlos bien en un cuenco con el pan rallado, la almendra, el tomillo, el romero y el perejil, 2 cucharadas soperas de AOVE, sal y pimienta al gusto.

Con un pincel de cocina, embadurnar el salmón con AOVE por todos los lados y ponerlo en una fuente para horno.

Cuando el horno esté listo, meter dentro la fuente con el salmón durante 5 minutos. Pasado este tiempo, sacarlo y untarlo con la mezcla del cuenco por la parte que no tenga piel.

Meterlo otra vez en el horno durante 10-15 minutos aproximadamente. El tiempo depende del tipo de horno y del grosor del salmón.

Podéis acompañarlo con patata asada, arroz, quinoa o con diferentes tipos de verdura cocida: judías verdes, zanahoria, brócoli, etc.

De este modo tenemos un plato único muy completo y nutritivo.


¿Qué os parece la receta suiza del mes de diciembre? En guete!


domingo, 30 de noviembre de 2014

Chorizo con judías y patatas


Saucisson auf dreierlei Bohnen

Plato de legumbre y carne

Cuando me propuse hacer esta receta no sabía lo difícil que iba a ser encontrar judías blancas por estos lares. Y cuando las he logrado comprar, he descubierto que en Suiza (al menos en esta parte) sólo venden un tipo de un tamaño grande, como los judiones de la Granja, que resulta que en italiano se llaman "judías españolas" (eso pone en el paquete). Una vez encontradas las blancas, las judías pintas dieron menos problemas y las judías verdes fueron muy fáciles de encontrar. 


Así que ya sólo tenía que lograr el chorizo. Y compré dos tipos diferentes de saucisson, uno de Vully (el delgado) y otro del tipo Waadtländer (el más gordito)


Se supone que los diferentes tipos de saucisson tienen diferentes sabores, y quería comprobar si esto era así. Así que se me ocurrió comer dos saucisson diferentes a la vez. Confirmado, tienen un sabor muy diferente.


Para los que no andéis por Suiza, el saucisson se cambia por chorizo y ya está.

Es un plato que necesita varias cacerolas y también los tiempos de cocción son varios. Si queréis reducir el tiempo de preparación y el número de ollas, podéis utilizar judías blancas, pintas y verdes de lata o bote de cristal. No es lo mismo, pero a veces no se tiene mucho tiempo para cocinar, totalmente comprensible.


Para 3 raciones se necesita: 

600 g. de saucisson (o chorizo de ristra), 9 judías verdes planas y largas, 1 vaso de los de agua, con la mitad de judías pintas y la mitad de judías blancas, 2 patatas medianas, 1 puerro pequeño, agua, sal, aceite de oliva virgen extra (AOVE), 1 hoja de laurel, pimienta negra recién molida, 1/2 cucharadita de las de moka de pimentón. 

Cómo prepararlo:

Poner las judías pintas y blancas en remojo la noche anterior.
El día que lo vayáis a cocinar, desechar el agua del remojo, y poner las judías en una olla a presión. Cubrirlas de agua y añadir un dedo más, echar un chorrito de AOVE, espolvorear con sal, incorporar la hoja de laurel, tapar y dejar cocer lo que indiquen las instrucciones de la olla (la mía 7 minutos en nivel 2)

Poner el saucisson en otra olla y cubrirlo con agua. Cuando rompa a hervir bajar el fuego al mínimo. Dejarlo cocer 45 minutos. Pasado este tiempo, pinchar el saucisson en varios sitios con un palillo dentro de la cazuela para que suelte la grasa. Cuidado con el chorro de líquido que sale, que puede quemar y mancha bastante.

Si utilizáis chorizo de ristra español lo podéis incorporar directamente a la olla de las judías para que cueza todo junto. Pero si queréis que el guiso tenga menos grasa, habrá que cocerlo aparte, y se pinchará el chorizo antes de echarlo en una cazuela con agua para que suelte la grasa en el líquido. Con 15 minutos de cocción será suficiente. 

Lavar el puerro y cortarlo en rodajas.

Cubrir el fondo de una cacerola con AOVE. Cuando esté caliente, incorporar el puerro y dar unas vueltas con una cuchara de madera.

Mientras, lavar las judías verdes, quitarles las puntas y los posibles hilillos laterales, partirlas en tres, y añadirlas a la cacerola con el puerro. Echar también las patatas peladas y cortadas en trozos. Si las chascáis al cortarlas, el caldo resultante será un poquito más espeso. Dar unas vueltas y dejar un par de minutos. Echar el pimentón, remover rápido para que no se queme y cubrir con agua. Cuando empiece a hervir echar la pimienta negra. Dejar cocer durante 10 minutos a fuego medio. Echar entonces sal al gusto, y dejar cocer otros 5 minutos más.

Una vez estén todos los ingredientes cocinados, ya sólo queda montar el plato. Poner un par de cazos de judías pintas y blancas, otro par de patatas y judías verdes, y por encima repartir el saucisson cortado en rodajas. 
La cantidad de caldo del plato la dejo a vuestra elección, pero aquí se presenta sin mucho líquido.

¡Y ya está hecha la receta suiza del mes de noviembre! 


En guete!


domingo, 16 de noviembre de 2014

Ensalada templada de lentejas con castañas y nueces



Ensalada de otoño


Estamos en plena temporada de frutos secos: castañas, nueces, avellanas,... todas hacen su aparición en otoño. En Basel hace ya unas semanas que los puestos de castañas asadas hacen las delicias de grandes y pequeños. El otoño es también el momento en el que los platos de cuchara con legumbre empiezan a hacer acto de presencia: lentejas, garbanzos o alubias son bien recibidas cuando el frío aparece. Pero como no a todo el mundo le gustan los platos de cuchara, hoy os traigo un plato de lentejas sin nada de caldo, pero plenamente otoñal, pues le añadiremos unas nueces y unas castañas. El resultado, una ensalada templada espectacular.


Ideal para una de mis sobrinas, a la cual no le gustan las lentejas estofadas que come en invierno, pero a la que le encantó la ensalada de lentejas con fresas que preparé en verano. E ideal también para mi amiga María, que se lleva la comida al trabajo, pero no le gusta utilizar el microondas para calentar la comida, por lo que necesita platos que no haya que calentar. Eso sí, la vinagreta hay que añadirla justo antes de comer la ensalada, por lo que se ha de llevar aparte.


 Para 1 ración se necesita:

1/4 vaso de los de agua de lentejas, agua, 1 hoja de laurel, 5 castañas grandes (o 10 si son pequeñas), 2 nueces, pipas de calabaza, pipas de girasol, piñones, 1 cucharada sopera de vinagre de Módena, 2 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra (AOVE), sal, 1 cucharadita de las de postre de miel.

Cómo prepararlo:

En un cazo calentar agua suficiente para que cubra las lentejas, echar un chorrito de AOVE, un pellizco de sal y la hoja de laurel lavada. Cuando rompa a hervir, echar las lentejas, y dejar cocer el tiempo que indique el paquete (el mío 25 minutos).

Cuando  falten 10 minutos para que estén cocidas las lentejas, con un cuchillo hacer un corte en las castañas en forma de cruz, intentando que los cortes sean profundos. Ponerlas en un plato y meterlas en el microondas 2 minutos y medio. Mientras, abrir las nueces.

En un cuenco poner el vinagre y una pizca de sal, y mezclar bien. Añadir posteriormente las 2 cucharadas de AOVE y la miel. Batir hasta que esté todo ligado.

Cuando las lentejas estén cocidas, ponerlas escurridas en un plato, y sobre ellas colocar las pipas de calabaza y de girasol, los piñones, las castañas peladas y las nueces.

Verter las vinagreta por encima. ¡Y ya está!




Un plato fácil, rápido y muy rico. ¡Buen provecho!

domingo, 9 de noviembre de 2014

Champiñones rellenos de bacon


Receta de otoño


Estamos en plena época de champiñones y setas.  Así que hoy tenemos una receta totalmente de temporada: unos champiñones rellenos de bacon.

En Suiza les encantan. En otoño todos los mercados al aire libre se llenan de puestos donde se pueden comprar setas y champiñones frescos.

Precisamente esta semana estuve dando una vuelta por Markplatz o "plaza del mercado" de Basel. El mercado tiene lugar "oficialmente" de lunes a jueves de 8:30 h. a 14:00 h y los viernes y sábados de 8:30 h a 18:00 h. Digo oficialmente, porque los lunes no suele haber casi ningún puesto, y cuando llueve mucho o hace muy mal tiempo tampoco. Pero si el tiempo acompaña, la plaza está todo el rato llena de gente comprando en los diferentes puestos que hay: flores, fruta, verdura, objetos de mimbre, pasta fresca, quesos, embutidos, etc. También hay algunos puestos de venta de salchichas y piadinas y otros en los que puedes tomarte un café, por ejemplo.


Hay un puesto que sólo vende una cosa, según la temporada: diversas variedades de manzanas, diversos tipos de fresas, frambuesas y cerezas. Y toda la fruta que venden en este puesto es de la región y, por supuesto, ellos cultivan los frutales.

Y hay otro puesto que sólo vende setas y champiñones. Este es el puesto que llamó mi atención el otro día, y no fue por su color, sino por su olor. Estaba mirando un puesto de productos de mimbre y jabones que hacen personas ciegas de la asociación de ciegos de Basel y, de repente, me llegó un inconfundible olor a setas. El puesto estaba justo detrás de mí, y vendía diversas variedades de setas de temporada, con nombres en alemán que no llegué a descifrar, aunque reconocí algunas por la forma. Y decidí llevarme unos cuantos champiñones marrones para hacer esta receta. Podéis ponerlos de acompañamiento con alguna carne o hacer más cantidad y tendréis un entrante.


Lo recomendable para limpiar los champiñones es hacerlo con un cepillito con cerdas blandas, pues la piel es muy sensible. Pero si se tiene cuidado, se pueden meter en agua y limpiarlos justo antes de cocinarlos.


Encontrar en Suiza jamón del de verdad es algo difícil, así que los preparé con unas lonchas de bacon que corté en trocitos.

Para tres raciones se necesita: 

9 champiñones grandes (18 pequeños), 5 lonchas de bacon, 4 dientes de ajo, 2 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra (AOVE), sal, 1 cucharada sopera de perejil.

Cómo prepararlo:

Precalentar el horno a 200ºC con calor arriba y abajo.

Mientras, limpiar bien de tierra los champiñones y quitar el tronco, dejando sólo la cabeza.

Picar los dientes de ajo en trocitos pequeños y cortar el bacon en trozos también pequeños. Poner el ajo y el bacon en un cuenco, junto con el AOVE y el perejil. Remover bien hasta que todo esté mezclado.

Poner los champiñones en una fuente para horno, con el hueco hacia arriba, y rellenarlos con la mezcla del cuenco.

Cuando ya estén todos rellenos, espolvorear con sal al gusto y meterlos en el horno durante 20 minutos.


¡Buen provecho! o En Guete!, como dicen en Suiza.



viernes, 31 de octubre de 2014

Estofado de ternera con calabaza



 

Guiso de otoño


Tengo un montón de recetas atrasadas. Entre las vacaciones de otoño, que en Suiza se hacen en octubre, y actividades varias, no tengo tiempo de enseñaros las cosas que cocino. ¡Pero prometo enmendarme!

Hoy os traigo la receta suiza del mes de octubre, que es un guiso (Eintopf) cocinado a fuego lento, y en el que los ingredientes principales son calabaza y ternera.


Básicamente un "Eintopf" es cualquier guiso cocinado en una olla. Y como ingredientes básicos suelen utilizarse algún tipo de carne, y legumbres, verduras o patatas.

Plato de cuchara para temperaturas bajas


Es un plato de esos que apetecen cuando las temperaturas bajan de repente y sin avisar. Por Basel ya hemos tenido algún día de estos. Afortunadamente, el Sol esta semana ha vuelto a salir y hemos tenido unos días muy agradables.

Hay que aprovechar que la calabaza está de temporada. Yo sigo utilizando la calabaza de piel verde que compré en el mercado de calabazas de Bottmingen, y que se conserva todavía de maravilla. Aunque he de confesar que ya casi no me queda.


En Suiza y Alemania en esta época cocinan muchos platos con calabaza, aunque la estrella es la "Kürbissuppe" o sopa de calabaza. Y la hacen buenísima. Cuando quise hacer la foto, Jesús ya casi se había comido toda la sopa.


La calabaza le da un color anaranjado muy bonito al caldo. Y además recoge todas las vitaminas y demás propiedades de todos los ingredientes que conforman este rico plato de cuchara. 


Para 3 raciones se necesita: 

250 g. de ternera en dados, harina, 1 cebolla pequeña, 2 dientes de ajo, 1/2 pimiento rojo, 3 judías verdes largas, 1 zanahoria grande, 500g. de calabaza en dados, aceite de oliva virgen extra (AOVE), sal, pimienta negra recién molida, 1 hoja de laurel, 1/2 cucharadita de moka de pimentón, 1 tomate, 1 patata pequeña y 2 l. de agua.

Cómo prepararlo:

Cubrir el fondo de una olla con AOVE. Cuando esté caliente, echar el ajo y la cebolla bien picaditos.

Cuando la cebolla empieza a tomar color, añadir el pimiento, también picado. Remover bien todo.

Enharinar los dados de ternera e incorporarlos a la olla. Dar unas vueltas hasta que tomen color.

Rallar entonces un tomate sobre la olla, y remover bien todo. Echar el pimentón, remover un  instante, y verter en seguida el agua. Lavar una hoja de laurel e incorporarla al guiso.

Cuando empiece a hervir, añadir la pimienta negra recién  molida, y dejar cocer a fuego lento durante una hora y cuarto.

Mientras, lavar las judías verdes, despuntarlas y quitarles el hilo.

Añadirlas pasado el tiempo de cocción, junto con la zanahoria cortada en rodajas finas, la calabaza pelada y cortada en dados y la patata, también pelada y cortada chascándola.

Dejar que el conjunto hierva 15 minutos. Añadir entonces sal al gusto, remover y dejar otros 5 minutos más.


Si tenéis tiempo para cocinarlo, es un plato delicioso que compensa con creces el tiempo pasado en casa vigilando la olla.

Espero que el plato os guste tanto como a nosotros.

¡Buen provecho! o En guete!, como dicen en Suiza.

martes, 7 de octubre de 2014

Pollo con calabaza al horno y quinoa


Estamos en plena temporada de calabazas. Y yo ya he comprado unas cuantas para hacer platos ricos y sanos este otoño, como este pollo al horno con calabaza acompañado de quinoa.


Estas son las calabazas que compré hace un par de semanas en un mercado en Bottmingen.


De momento, estoy utilizando una de ellas, la de color verde. Con ella he hecho ya algún puré de calabaza y también la receta de hoy. ¡Y todavía me queda calabaza!


Las que son naranjas son de una variedad que no hay que pelar. Ya os hablé de ellas en la receta de la crema de calabaza con parmesano. 

El plato de hoy es fácil, rápido, nutritivo y muy sano. Y puede comerse como plato principal, pues lleva carne, cereal y calabaza, que según todo lo que he leído sobre el tema es una fruta. En otro momento os hablaré de ello,  pero os adelanto que el pepino, la sandía o el melón, por ejemplo, son de la misma familia que la calabaza.

Para este plato no hace falta pelarla, pues la piel saldrá sin problema cuando se haya cocinado.


En casa nos ha encantado el sabor de la miel en la calabaza, pero si no os gusta mucho el sabor a miel, os aconsejo que lo que sobre de la mezcla del cuenco lo esparzáis por la bandeja y añadáis más AOVE. De esta manera la calabaza no sabrá tanto a miel.


Para 3 raciones se necesita:

3 cuartos traseros de pollo, 1 ó 2 rodajas de calabaza  por ración, 8 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra  (AOVE), 2 dientes de ajo, sal, pimienta negra recién molida, 2 cucharadas soperas de miel, 1 taza de las de té de quinoa, 2 tazas de las de té de agua.

Cómo prepararlo:

Cortar la calabaza en rebanadas de 3 ó 4 cm. de grosor.

Precalentar el horno a 200ºC con calor arriba y abajo.

En una bandeja de horno colocar el pollo y las rodajas de calabaza.

Poner la mitad del AOVE en un cuenco, y mezclarlo con los dientes de ajo bien picaditos. Espolvorear sal y pimienta al gusto. Con un pincel untar el pollo por todos los lados con la mezcla.

Añadir a la mezcla sobrante del cuenco el resto del AOVE y la miel y mezclar bien. Embadurnar con esta mezcla las rodajas de calabaza por los dos lados, sin que les caiga ajo.

Espolvorear sal y pimienta al gusto por todo el conjunto.

Meter en el horno a media altura durante 45 minutos. Cuando haya pasado la mitad del tiempo dar la vuelta al pollo y a las rodajas con cuidado de que éstas no se rompan.

Mientras tanto, poner en un cazo una parte de quinoa y dos de agua. Cocer según lo que indique en el paquete. En mi caso, 10 minutos desde que empieza a hervir.

Ya sólo queda emplatar y servir, y disfrutar de la mezcla de sabores.


¡Qué aproveche! O como dicen en Suiza: En guete!


lunes, 15 de septiembre de 2014

Pastel de zanahoria y almendra


KarottenKuchen mit Mandeln

¡Hoy es el primer cumpleaños del blog!


Hace justo un año que decidí compartir con vosotr@s los platos que cocino. ¡Y siento deciros que no voy a dejar de hacerlo!
Buscaba alguna receta especial que ofreceros para el acontecimiento, y aquí la tengo: un pastel de zanahoria muy sencillo, sin glaseado ni nada que complique su elaboración.


A la peque los pasteles de zanahoria que hemos probado en cafés y restaurantes no le han gustado nunca, pero este le ha encantado. Me ha dicho: "¡Esto es una de tus Pilar Spezilitäten!" Y claro, me he puesto más contenta que unas castañuelas. Siempre que hago un plato de esos que le gustan y que no suelo hacer habitualmente dice que es una "Pilar Spezialitäten" (una de las especialidades de Pilar, traducido al español)

Aunque el pastel de zanahoria no es un postre exclusivamente suizo, sino que se come en todo el mundo, lo he elegido como la receta suiza del mes de septiembre porque lo tienen en prácticamente todas las cafeterías, pastelerías y restaurantes suizos a los que he ido. En España está muy de moda también desde hace unos años.


Pero, ¿os habéis preguntado alguna vez de dónde viene el pastel de zanahoria?


Pues según mis investigaciones, la zanahoria contiene más cantidad de azúcar que cualquier otra verdura y hortaliza, exceptuando la remolacha. Es por ello que en la Edad Media empezaron a utilizar la zanahoria para hacer platos dulces, pues cualquier otro endulzante de los que había en aquella época tenía un precio mucho más elevado que las zanahorias. Cuando el precio del azúcar empezó a bajar gracias al descubrimiento de América (los españoles lo llevaron hasta allí, ampliando enormemente la zona de cultivo y, por tanto, la cantidad producida), la zanahoria perdió paulatinamente su uso como endulzante hasta la Segunda Guerra Mundial. Parece ser que en la época de racionamiento la zanahoria recuperó su papel endulzante en Reino Unido, y desde entonces el pastel de zanahoria pasó a ser consumido también en muchos otros países.


En los supermercados suizos hay muchos más tipos de harina que en los supermercados españoles (o eso al menos me parece a mí).  He utilizado una harina de trigo del tipo "Ruch" para los países de habla alemana (Weizenruchmehl), y del tipo T-80 para los de habla francesa (farine bise de froment).

La harina tipo Ruch contiene parte de la cáscara del grano de trigo, pero no todo, por eso es más clara que la harina integral. Equivale a una harina semi integral. Os dejo una foto con harina semi integral y harina blanca normal. Si os fijáis, es un poquito más oscura.


Al lado del peso o la capacidad, os pongo la equivalencia en medidas que todos tengamos en casa, por si no tenéis peso ni vaso medidor. En el caso de la mantequilla es un poco complicado, pero hay algunos paquetes que tienen en el envoltorio una separación indicando el peso de cada una de las separaciones. Es útil cuando no se tiene peso. También lo he visto en algunas tabletas de chocolate para fundir.

En el caso de la almendra, yo he puesto 50 g. porque no me gusta demasiado su sabor en los postres, pero podéis echar un poco más si sois de los que os gusta el mazapán.  Yo no tenía almendra molida, sólo laminada, así que la puse en un mortero y la machaqué hasta que quedó bastante deshecha.

He utilizado un molde rectangular de 22x8 de silicona. Si utilizáis uno de cerámica, recordad que hay que untarlo con mantequilla y espolvorearlo con harina antes de echar la masa para que luego se pueda desmoldar el pastel fácilmente.



Para hacerlo se necesita:

150 g. de zanahoria (1 vaso de los de agua lleno 3/4 partes), 4 huevos, 200 g. de azúcar moreno (1 taza de las de té), 125 ml. de leche (1 vaso de los de vino), 80 g. de mantequilla, 50 g. de almendra rallada, 1 cucharadita de las de té de canela molida, 1 cucharadita de las de té de jengibre en polvo, 1 pellizco de sal, 300 g. de harina Ruch (semi integral) (3 y 1/2 tazas de las de té), 8 g. de levadura química (la mitad de un sobre), 1 cucharadita de las de té de cacao.

Cómo prepararlo:

Rallar la zanahoria bien fina.
En un bol grande, batir los huevos y mezclarlos con el azúcar.
Calentar la leche en un cazo y deshacer en ella la mantequilla. Una vez deshecha, verter el líquido del cazo en la mezcla de huevos y azúcar, y mezclar bien.
Precalentar el horno a 180ºC con calor arriba y abajo.
Echar al bol la zanahoria y la almendra ralladas, la canela y el jengibre molidos, sal, la harina, la levadura y el cacao.
Mezclar bien hasta formar una masa. Verterla en el molde, meterlo en el horno y dejar unos 35-40 minutos. Como siempre os digo, vigilad que no se queme, e ir pinchando de vez en cuando con un pincho de brocheta para ver si está hecho. Si sale limpio, es que está listo.

Sacar del horno, dejar enfriar, desmoldar y servir.


¡Qué aproveche!